Un GPS para el crecimiento

El crecimiento de las ventas es una de esas cosas que en principio todos ven como deseable. Sin embargo, más allá de su efecto positivo sobre la creación de valor, no se lo debería considerar como un “mandamiento”, categoría en la que sí corresponde clasificar a la rentabilidad del negocio (por eso lo que debe importar es un crecimiento rentable y no el crecimiento por el crecimiento mismo).

En ocasiones no se puede renunciar al crecimiento, cuando el objetivo de aumentar las ventas tiene como principal motivación la de compensar otras disminuciones de ingresos. La cuestión es que, por una razón u otra, muchas empresas se enfrentan al desafío de lograr ese crecimiento.

Gestionar el crecimiento

En las economías desarrolladas el nivel general de actividad crece lentamente, llegando en las fases de contracción a estancarse o a ser negativo, lo que es un fuerte condicionante de los objetivos empresariales de crecimiento. Ni siquiera en las fases expansivas el crecimiento de una empresa en particular es espontáneo, no se da por casualidad, sino que hay que gestionarlo.

Cuando se busca crecer (cualquiera sea la motivación) no es bueno empujar a ciegas, haciendo “más de lo mismo” por el camino que veníamos transitando. Hay que “parar y mirar” tratando de identificar las rutas que tenemos para llegar a ese objetivo, y para eso necesitamos una especie de GPS del crecimiento que nos facilite esa tarea.

Uno de los primeros pasos a dar será el entender las alternativas estratégicas disponibles, para luego analizarlas y seleccionar la estrategia más conveniente.

Matriz de Ansoff

Hace más de 50 años Igor Ansoff desarrolló su Matriz de Producto/Mercado, que sigue siendo válida para ser usada como GPS que nos indique la dirección a tomar.

Se basa en las estrategias de productos y de mercados, y tiene en cuenta si ofreceríamos los productos actuales o nuevos productos y si atacaríamos a los mercados actuales o a nuevos mercados, definiendo 4 alternativas de crecimiento:

  • Penetración de mercado (productos actuales en mercados actuales). Implica incrementar nuestra participación de mercado.
  • Desarrollo de mercado (productos actuales en nuevos mercados). Los mercados pueden considerarse nuevos tanto por el tipo de clientes (nuevos usos) como por su dimensión geográfica (ya sea nacional o especialmente en la expansión internacional).
  • Desarrollo de producto (nuevos productos en los mercados actuales). Significa innovar en la oferta que hacemos a nuestra base de clientes.
  • Diversificación (nuevos productos y nuevos mercados). Es entrar en nuevas actividades de negocio, que pueden alejarse de lo actual en distintos grados y dimensiones.

Análisis de alternativas

Cada una de las alternativas tiene que ser analizada con criterios cuantitativos y cualitativos, que nos permitan evaluar el grado de coherencia con nuestras posibilidades y su rentabilidad potencial.

Hay que considerar aspectos como la evolución de los mercados, el estadio en el ciclo de vida de los productos, las capacidades y recursos que disponemos, los problemas operacionales que pueden darse, el riesgo de canibalización entre productos y los cambios en las necesidades de los clientes.

De acuerdo a lo anterior vemos que para conseguir el crecimiento de las ventas, antes de ponerse en camino conviene hacer al menos una pintura rápida de las alternativas posibles y decidir la dirección en la que nos moveremos respecto a nuestro actual modelo de negocio en lo relativo a productos y mercados.

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Rentabilizar firmas de servicios profesionales

Los países más desarrollados se caracterizan por la importancia del sector Servicios, entre los que destacan los servicios profesionales. La evolución tecnológica y económica ha favorecido la creación de firmas que prestan este tipo de servicios (efecto observable actualmente en las firmas dedicadas al marketing digital). Pero una cosa es crear una empresa y otra cosa es lograr que sea rentable a largo plazo, asegurar su sostenibilidad económica.

En los años de bonanza general los números suelen salir razonablemente bien, pero cuando cambia el ciclo y el mercado se estrecha entonces caen las ventas y aparecen las pérdidas.
 
Los remedios habituales tienen tres ingredientes:
 
  • Campaña frenética para aumentar la ocupación de los profesionales, muchas veces a costa de fuertes bajadas de tarifas de honorarios.
  • Programa de reducción de gastos generales, que así como disminuye las comidas de empresa lo hace también con la inversión en formación del personal.
  • Despidos de mandos intermedios, porque son los sueldos más altos luego de los de los socios, y la situación hace que parezca oportuno el recambio generacional.
 
Estos remedios pueden ser efectivos para la supervivencia de una firma, pero no necesariamente ayudan a la sostenibilidad de la misma, a su capacidad de mantenerse sana a lo largo del tiempo. Con ese fin proponemos tres ingredientes distintos: una estrategia adecuada, procesos eficientes, y el control necesario.
 
ESTRATEGIA ADECUADA
 
El principal atributo de una estrategia adecuada es la coherencia existente entre la plantilla de profesionales y la cartera de servicios.
 
La plantilla está compuesta por profesionales con distinto nivel de experiencia, clasificados en categorías (socios, gerentes, consultores) que configuran una “pirámide” jerárquica. Las proporciones entre categorías determinan la forma de esa pirámide y reflejan el grado de “apalancamiento” de los socios (que puede ir del 1:2 de algunos despachos de abogados al 1:25 de una consultora tecnológica). Estos profesionales poseen ciertos talentos, por los que reciben sus retribuciones, que determinan el coste salarial (principal concepto de gasto de estas firmas).
  
Los servicios que se ofrecen tienen unas características de especialización y valor a los ojos de los clientes que producen dos efectos importantes: por un lado condicionan las tarifas que se pueden aplicar, y por otro lado determinan la organización necesaria para prestarlos.
 
La coherencia, el equilibrio entre Profesionales y Servicios no es una simple cuestión de volumen de actividad. La coherencia está en que los servicios que ofrecemos respondan a la forma de pirámide que tenemos, y que el valor de esos servicios esté en consonancia con las retribuciones que pagamos.
 
PROCESOS EFICIENTES
 
En la mayoría de los servicios profesionales una de las claves del éxito está en su capacidad de conseguir contratos (y por eso se espera de los socios que sean grandes vendedores). Por lo tanto el proceso comercial no puede fallar, generando las ventas suficientes para lograr el margen neto esperado (cuidado, que no se trata solo de las horas vendidas sino también de sus tarifas).
 
Otro proceso que debe ser muy eficiente es el de la prestación misma de los servicios. Utilizar los recursos debidos (no más) y cumplir con la calidad esperada es cuestión de talento, gestión del tiempo, metodologías, estándares, soporte tecnológico. En algunos casos hay mucho “arte”, pero en general se basa en “ciencia”.
 
CONTROL NECESARIO
 
El cumplir las tareas de forma efectiva y eficiente no es espontáneo, no está asegurado. Se necesita controlar los procesos de prestación de servicios. Y ahí es donde intervienen actividades de gestión (más allá de las técnicas profesionales de las que se ocupe la firma) como son la planificación y control de proyectos, el análisis de rentabilidad de los casos, el seguimiento de la productividad de los profesionales.
 
En definitiva, a veces son indispensables ciertas medidas para superar el corto plazo, pero si lo que queremos apunta más allá entonces hay que actuar sobre las principales palancas de la rentabilidad, que son las que producirán la sostenibilidad económica.