Canibalización financiera

La forma en que una empresa gasta el dinero puede hacer que se esté devorando su propio futuro. No hay que sorprenderse creyendo que se trata de malas prácticas alimentarias, pero sí alarmarse ya que  en realidad obedecería a ineficacia en la asignación de recursos financieros.

Según el destino de los gastos podemos diferenciar entre fondos operativos y fondos estratégicos. Se llama fondos operativos a los que cubren los gastos de funcionamiento, aquellos gastos corrientes que se producen para la explotación normal del negocio. Los fondos estratégicos son los recursos que se necesitan para contar con activos que producirán resultados por varios años, tales como las inversiones.

Se los puede caracterizar diciendo que los fondos operativos son sinónimo de corto plazo, continuidad, gastos, inercia, mientras que los fondos estratégicos equivalen a largo plazo, crecimiento, inversiones, cambio.

La tendencia natural de la gestión del corto plazo puede hacer que los gastos operativos ahoguen a los fondos estratégicos en la asignación anual de recursos. Al dar prioridad a los presupuestos de operaciones los fondos estratégicos quedan desatendidos. De esa forma no hay contribución a la competitividad de la empresa y se puede decir que el negocio se devora a sí mismo.

Para evitar esta ineficacia vamos a comentar tres prácticas: 1) Minimizar los fondos operativos, 2) Ampliar el concepto de inversión, y 3) Programar la asignación de recursos.

MINIMIZAR LOS FONDOS OPERATIVOS

Hay que lograr que los gastos operativos sean los mínimos imprescindibles. Para eso es útil distinguir entre costes directos a la actividad, costes indirectos y gastos de estructura. Incluso asumiendo que se está trabajando adecuadamente en lo que hace a la eficiencia y a la economía, solo los costes directos deberían tener asegurados los fondos. Los otros tipos de gastos deben justificar su rentabilidad, especialmente aquellos que sean fundamentalmente discrecionales.

AMPLIAR EL CONCEPTO DE INVERSIÓN

Hay que superar los criterios contables de lo que es gasto o inversión y considerar los criterios relevantes a efectos de tomar decisiones de asignación de recursos. Muchas veces no se trata como inversión a ciertas decisiones que sin embargo tienen efectos a medio y largo plazo, ya sea en los beneficios que se obtienen o en los recursos que se comprometen. Este es el caso de lo relativo a investigación y desarrollo, publicidad, promociones,  formación del personal, cambio de sistemas de información, desarrollo organizacional, rediseño de productos o procesos, establecimiento de relaciones especiales con proveedores o clientes, etc.

Deberían evaluarse como una inversión. Puede pensarse que esto los desalienta, ya que pone mayor rigor en el análisis a realizar de este tipo de gasto, pero por otro lado resalta su carácter estratégico y por lo tanto eleva su nivel de prioridad.

PROGRAMAR LA ASIGNACIÓN DE RECURSOS

Aunque en la empresa no se aplique un proceso formal de planificación estratégica, no puede faltar un ejercicio periódico de programación financiera que establezca el reparto de fondos entre las principales aplicaciones posibles:

  • Operaciones
  • Variación del fondo de maniobra
  • Desarrollo (I+D+i, publicidad, etc.)
  • Inversión (concepto “clásico”)
  • Adquisición de nuevos negocios


La aplicación de estas prácticas redundará en una mayor eficacia en la asignación de los recursos financieros, evitando que los fondos operativos ahoguen a los fondos estratégicos, y facilitando la competitividad de la empresa.

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